Canciones a la Virgen María
Ave María
Dios
te salve, María.
Llena eres de gracia.
El Señor
es contigo.
y bendita Tú eres,
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa
María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, los
pecadores,
ahora y en la hora
de nuestra muerte. Amén.
Con Flores a María
Venid
Y Vamos Todos
Con Flores A Porfía,
Con Flores A
María,
Que Madre Nuestra Es. (2v)
De nuevo aquí
nos tienes,
purísima doncella
más que la luna
bella,
postrados a tus pies. (2v)
Venimos a ofrecerte
las
flores de este suelo
con cuánto amor y anhelo,
Señora,
Tú lo ves. (2v)
El Nombre de María
Venturoso
el mortal que, amante, guía
María los pasos al
peregrinar
que el nombre de la Virgen es María
y
estrella significa en turbio mar.
¡Oh tú que remas
con trabajo y arte
contra el negro huracán que te
persigue,
si del revuelto mar quieres salvarte
esa estrella
contempla y su luz sigue!
María es nombre junto a Dios
propicio;
luz que al mundo ilumina; hoguera lenta
que enciende
la virtud, consume el vicio
y a todo el ser y espíritu
calienta.
Ese nombre de amor que hasta en reflejos
presta a la
oscura noche luz brillante,
que nunca sea de tu boca lejos,
que
del corazón distante nunca esté.
Si te amenaza
en la mundanal pelea
ya calumnia, ya rencor, busca esa guía,
si
atribulada tu constancia ondea,
si te rinde el dolor llama a
María.
María es la salud, la paz amiga.
María
es la esperanza, el bien más caro;
en seguirla doquier
nunca hay fatiga,
ni naufragios jamás bajo su amparo.
¡Inmensurable bendición del hijo
que nos
asume al vientre virginal
y nos concede la esperanza de un bien
fijo
por el sendero de la piedad filial!
Que el nombre de la
Virgen es María,
que estrella significa en turbio
mar;
¡Venturoso el mortal que, amante, guía
María
los pasos al peregrinar!
Madre de la Esperanza
A
la Madre que sufrió dolor,
hoy alegre la vemos,
Señor,
contemplando con tierno amor
el misterio
Reconciliador.
Hoy, María, cantas junto a Dios,
pues
tus hijos hoy libres ya son.
En la tierra ya reina la luz
al
pecado la vida venció.
Hoy victoria podemos
cantar,
las cadenas rotas ya están,
Madre mía,
acabó la prisión,
alegría, aleluya al Señor.
Pues por mí el Señor resucitó,
Madre mía
de mi corazón
que yo nunca me aleje de Ti,
siempre mire
tu rostro de amor.
Quiero que este himno triunfal
cante la
alegría pascual
que la Virgen comparte hoy,
la que con
esperanza vivió.
Y esta Madre me enseña a ser
fiel
en momentos de tribulación.
La alegría
nunca la dejó
ni su fe en las promesas de Dios.
Vives
la alegría-dolor
conservando en tu corazón,
experiencias del amor de Dios
que llenaron tu vida de luz.
Con ternura y amor maternal
nos conduces al Señor
Jesús,
por la senda de amorización
que nos lleva
hacia la plenitud. (2v)
Madre Nuestra
María
Inmaculada, Madre de mi Esperanza
tu «Fiat» permitió,
que en el mundo se encarne Dios.
De tu seno nació, con
nosotros se quedó,
por eso en Ti ponemos, toda nuestra
confianza;
Madre guíanos por la reconciliación.
Madre, eres fortaleza de mi corazón,
nunca me abandones
en la duda y el temor.
Con valor, con verdad, con firmeza, con
amor,
como Tú, digo yo: «Fiat al Señor».
Madre
dolorosa, María Virgen Fiel,
atravesó una espada tu
amoroso corazón.
Tu vida fue constante alegría y
dolor.
Cristo crucificado murió por mis pecados
y fue
al pie de la cruz donde nos diste a luz.
Madre buena, acércame
al Reconciliador
ten piedad de mí que soy un pobre pecador.
En las penas y alegrías, en el gozo y el dolor,
como
Tú, digo yo: «Fiat al Señor».
«Madre,
este es tu hijo; hijo, Ella es tu Madre»
fueron las palabras
de Cristo en el madero.
Él mismo te confió
llevarnos hacia Dios;
de nuevo estás sufriendo los dolores
de parto
hasta ver en nosotros al Señor conformado.
Madre,
enséñame a ser apóstol del Señor
para
secundarte con amor en tu misión
de anunciar, de actuar, de
vivir como Jesús.
Como Tú, digo yo: «Fiat al
Señor».
María, Tú Eres Mi Madre
María,
Tú Eres Mi Madre;
María, Tú Eres Mi Amor.
María, Madre Mía,
Yo Te Doy Mi Corazón.
(2v)
María, cuyo nombre
es música más
suave
que el cántico del ave
y que del agua el son.
Tu
nombre sea fuente
do beba el alma mía
y halle la
alegría
mi pobre corazón.
María, cuyo
nombre
es fuente de pureza
que lava la torpeza
del frágil
corazón.
Tu nombre sea el agua
que el mío
purifique
de cuanta en él radique
maligna inclinación.
Pureza Inmaculada
Pureza
inmaculada,
espejo del Señor,
¡oh gran canal de
gracia,
unida al Redentor!
Belleza sin mancilla,
encanto
virginal,
Tú eres la alegría,
la gloria del
mortal.
Celebremos A María,
Concebida Sin Pecado
Y
Adoremos A Su Hijo
Jesús, Nuestro Señor
Dichosa
por los siglos
los pueblos te dirán:
Tú fuiste
de Dios vivo
la aurora celestial.
Infunde en nuestro pecho,
la fuerza de tu amor.
Feliz Madre del Verbo,
custodia del
Señor.
Hermosa y pura Luna,
recoges del Señor
la
luz que ilumina
y guía al pecador.
¡Oh dulce
flama ardiente!,
perfecto don de Dios
aleja las tinieblas,
las sendas del error.
Doncella inmaculada,
ternura
maternal
bendita cual ninguna
sin culpa original.
Sellada
fuente pura,
¡oh Madre del Amor!,
de Ti nació la
Vida, el Reconciliador.
Salve Regina
Salve,
Regina, Mater misericordiae:
vita, dulcedo, et spes nostra,
salve.
Ad te clamamus exsules filii Evae.
Ad te suspiramus,
gementes et flentes,
in hac lacrimarum valle.
Eia, ergo,
Advocata nostra,
illos tuos misericordes oculos
ad nos
converte.
Et Iesum, benedictum fructum ventris tui,
nobis post
hoc exsilium ostende.
O clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria.
V.
Ora pro nobis, Sancta Dei Genitrix.
R. Ut digni efficiamur
promissionibus Christi.
Santa María de América Latina
Madre
nuestra eres, María, de todo este Continente,
pues Tú
has estado presente en toda nuestra historia
y nos sigues
conduciendo a la verdadera gloria.
Nuestra Evangelización
sintió tu mano amante
pues Tú seguiste constante
aquella grande misión;
por eso te apareciste en el Santo
Tepeyac.
Y ahora tus hijos te imploran, Latinoamérica
toda,
Madre de todos los hombres, a Ti acuden sin distingos,
el
blanco, el negro y el indio, hijos tuyos quieren ser.
MARÍA
DE GUADALUPE, te llaman los mexicanos,
y son tus fieles cubanos,
aun cuando se los silencia
hijos todos muy devotos de la MORENA
DEL COBRE.
VIRGEN DE COPACABANA, te invoca el hombre del
Ande,
y en todo el Sur del Perú te quieren VIRGEN DE
CHAPI,
y los chilenos piadosos en tu santuario en MAIPÚ.
Y
es hacia APARECIDA donde van los brasileños
para pedirte
postrados escuches sus sufrimientos,
y en Argentina en LUJÁN,
te imploran los argentinos.
SEÑORA DEL COROMOTO, te aman
los venezolanos,
y van los ecuatorianos a tu santuario del
QUINCHE,
bella estrella de Colombia, Virgen de CHIQUINQUIRÁ.
En el Paraguay Tú reinas, SEÑORA DE CAACUPÉ;
Alma de los uruguayos, VIRGEN DE LOS 33;
sol de los
dominicanos, eres VIRGEN DE LAS MERCEDES.
¡Oh SEÑORA
DEL ROSARIO!, lucero de Guatemala,
y en CARTAGO de Costa Rica
acoges a los peregrinos;
VIRGENCITA DE SUYAPA, Honduras te da su
amor.
En el Salvador te invocan, ¡oh SEÑORA DE LA
PAZ!,
y aunque el sufrimiento venga, los fieles nicaragüenses
en
CHINANDEGA te piden que la fe no sea vencida.
María Virgen
y Madre, cuida a este tu Continente.
Haz que tengamos justicia y
que ya no haya miseria,
que en nuestra tierra fecunda haya
reconciliación.
Y ante todo, María, enseñanos
el Amor,
haznos fieles a Dios Padre, fraternos a los
hermanos
conviertenos a tu Hijo, que seamos como Jesús.
Virgen Fiel
Sin
Ti ver no podría lo más profundo de mi Señor,
ni
adherirme, ni conformarme, ni secundarte en tu misión.
El
Hijo en Ti se hizo carne y por tu Sí nos reconcilió;
auxíliame
en mi combate para acoger tan grande don.
Salve santa maría,
inmaculada del dolor,
virgen fiel toda tu vida,
maestra
del amor.
Tu ardiente corazón a tu hijo me remite,
madre
santa, madre humilde,
cúbreme con tu manto protector.
(2v)
El dolor bien conociste, como el anciano advirtió:
"una
espada estará en tu alma";
bajo el madero se cumplió.
Y allí, Bienaventurada, te llamaron Madre nuestra.
Madre
mía Inmaculada, guíame a la reconciliación.
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